"Aquellas mujeres podían ser sueltas o no. Parecían capaces de elegir. En aquellos tiempos, nosotras parecíamos capaces de elegir. Éramos una sociedad en decadencia, decía Tía Lydia, con demasiadas posibilidades de elección"


Esta última semana terminé de leer este doblete de oro que no ha hecho más que encantarme y si bien la primera parte podría decirse que me pareció flojita al principio, me animé por que vi algunos capítulos de la serie que está siendo transmitida por Hulu, sin embargo, te advierto que si buscas leer toda esa acción en la primera parte, puedo decirte de inmediato neeeña que no la encontrarás, porque la serie y el libro tienen tres pueblos de distancia, pero no te desanimes, hay tesoros como gemas esparcidas que solo si prestas atención podrán revelarse ante ti.

Te cuento que Margaret Atwood es novelista, poetisa, crítica literaria, profesora y activista política canadiense. Miembro del organismo de derechos humanos Aministia Internacional (trabajo que me hace explicar muchas cosas en su obra) y una de las personas que presiden la Bird Life Internacional, en defensa de las aves. En la actualidad vive entre Toronto y Pelee Island en Ontario.

Y luego de esta mini presentación que nos podrá dar algunas luces de la genialidad y los temas a tratar en la obra, puedo decir que Margaret en sí es una heroína, su literatura de fácil lectura, me ha hecho fascinarme en aspectos que no tenía considerados, como por ejemplo las libertades femeninas en esta esfera moderna, apreciar todo lo que lucharon miles de mujeres antes que nosotras solo para hacer algo habitual como lo es votar por ejemplo (yo si apruebo, no lo olviden).

Es así como la primera historia va paulatinamente contando las vivencias de Defred y los cambios a los que ha tenido que sufrir su cotidianidad, no de una forma lineal si no que a través de flashback nos da luces de como perdió sus derechos de ciudadana y ser convirtió en una criada.
Primero pasaron todo su dinero a la cuenta del que era su esposo en ese momento, luego perdió su trabajo y no tan solo ella sino que todas las mujeres en la nación de Gilead, la cual dicha sea de paso es un país ficticio pero su nombre no es apropósito de nada, si no que tanto Margaret como Stephen King la han acuñado para llamar así a lugares con realidades distopicas, relacionados con el pecado puesto que en el antiguo testamento lo nombran como un pueblo al este del río Jordán el cual era bastante mal portado. Para que se hagan una idea, Margaret sitúa a Gilead en nuestro continente, pero bien al norte, quedando con toda una costa, por la que pasan varias cosas, como contrabando, trata de personas, entre otras.

En este mundo distopico nos encontramos con una clasificación de mujeres y hombres que aportan valor a la vida de cada uno (o le restan en el caso de las econoesposas) y son identificadas por el color de sus vestimentas, en este caso usaré algunas imágenes de la serie pero en el libro aparecen varias más, como la econopersonas, que son hombres y mujeres que no juegan un papel crucial en el funcionamiento de Gilead y visten a rayas con retazos de tela encontrados muchas veces en la basura.

Cabe destacar también que las dos novelas se centran fundamentalmente en las mujeres de la historia, ya que los hombres son escasamente mencionados, ¿coincidencia con algo así como considerar a las mujeres como seres interesantes y dignos? no lo creo.

Esposas: utilizan el estricto azul, ellas son por derecho divino las directoras de cada casa de comandante, y están casadas por conveniencia puesto que son herederas de familias ricas y con poder.

Tías: fueron las ultimas mujeres en Gilead que aprendieron a leer y escribir, en muchos casos son abogadas o juezas en el antiguo régimen, crearon la mayoría de las leyes y viven en casa ardua, en donde no pueden entrar hombres. Controlan y registran el linaje de cada nacido en Gilead, además de estar casi al mando de las criadas.

Criadas: son mujeres que debido a que tuvieron hijos en algún momento o están en edad de tenerlos fueron secuestradas, sacadas de sus casas y familias cuando el régimen de Gilead se impuso para engendrar al nuevo pueblo de Gilead. Son violadas por los comandantes en presencia de las esposas, para quedar embarazadas (puesto que ese es su objetivo divino).