Voy a comenzar este blog específicamente con un libro prestado, un libro escrito por alguien que no es escritor de profesión si no que lo es solo por consecuencia del contar cosas que vivió, lo que básicamente me pasa a mi desde siempre.

Llegue a Diarios de Bicicleta por que me gusta pedalear y es bien sabido que leer también, OJO que no es un manual ni una guía básica si no que mas bien complementa la experiencia de un trota mundos que disfruta de moverse en las ciudades que visita en bici, por que claro, es un placer y una delicia :)





David Byrne es el autor de este libro y por si a usted le suena el nombre le cuento que es el vocalista de los Talking Heads y con ese sonido que trae desde los 70' fue una muy grata sorpresa que convirtiera sus andanzas (en bici) en literatura.
Sin mas preámbulo quisiera pasar al libro, es efectivamente un cuidadoso diario de aventuras y descripciones de lugares bastante maravillosos a mi parecer, con reflexiones acerca de los profundos cambios que han tenido las ciudades, sobre todo las americanas, en temas viales, además incluye análisis al hombre de hoy en día, con frases como “consiguió lo que quería, pero perdió lo que tenia”...
¿si me dieron ganas de andar en bici? No sé si me moría de ganas
¿si me dieron ganas de viajar? Si, muchísimas, por las amplias descripciones de los lugares lado B de las ciudades, que son detalladas capitulo a capitulo, acompañadas elegantemente de fotografías en blanco y negro, tomadas por el mismo Byrne y obtenidas principalmente también de Getty Images.

Este primoroso libro de lectura entretenida y fácil se divide en 9 capítulos cada uno acuciosamente dedicado a una ciudad del mundo, todas descritas desde la visión del ciclista, en contra del trafico, pero también dando millones de datitos curiosos y sabrosos que hacen un reportaje muy variado acerca de atracciones turísticas, callejones despoblados, tesoros arquitectónicos entre otras cosas que solo se pueden ver pedaleando por las calles, tomando el riesgo, ese que suele tomar todo ciclista urbano.

Los relatos de cada lugar hacen querer estar ahí o realmente decidir jamás viajar a ese lugar, como por ejemplo cuando visitó la casa de George Eastman (tipo muy loco) fundador de Kodak, en Rochester, Nueva York, contando todo lo relacionado a la casa y Don George, quien era simplemente un excéntrico, tenía un sin fin de curiosidades dignas de admirar, por otro lado me sentí aterrada con Estambul y su caos total, factor que hace máximamente riesgoso moverse en todo tipo de vehículo ya sea motorizado o no.

Me da alegría sentir que cada vez, con cada año que pasa, la gente se interesa mas en educación vial tanto para automovilistas, peatones y ciclistas, ya que creo profundamente que ahí esta la evolución, el respeto mutuo y el compartir de los espacios.
En metrópolis tan poco acogedoras e infinitas como Berlín, pedalear se hace un desafío por el frío pero también se vuelve increíble por las rutas especialmente realizadas para los ciclistas, me vi increíblemente interesada por el hecho de que hace un completo review de rutas culturales incluyendo galerías de arte, bares entre otros espacios altamente fotografiables.

Londres por otro lado me sorprendió, en está ciudad se detiene a hablar un poco de estructura, arquitectura y planificación del lugar en si, ya que al tener muchos centros es fácil perderse, lo que conlleva a pedalear mas y llegar algo sudado, cosa que siempre es un riesgo cuando se va en bici a un lugar en el que tienes que andar "bonito y presentable".

A pesar de solo haber pedaleado en Chile, me hace sentir muy cerca esas descripciones de increíbles ciudades del mundo ya que son algo mas o menos parecidos los dilemas del ciclista aquí y en la quebrada del ají; el automovilista salvaje, el pinche de rueda, el mal asfalto de las vías, pero por otro lado me hace llegar a la analogía de mi querido Chilito y el mundo. Reflexión acerca de eso; nos falta tanto aún en respeto por las vías, en el pedalear responsable, en lugares seguros para nuestras bicicletas etc.lo que me recuerda que se incluyen anexos con diseños para puntos de anclaje de bicicletas en Nueva York hechos por el autor.

Conclusión; me gustó, me entretuve mucho leyéndolo y advirtiendo los peligros inherentes al ciclismo urbano, reconociendo un sin fin de beneficios pero también identificándome con varios problemas cotidianos, muy recomendable para cuando uno busca la literatura amable con el lector.

Sin duda me convenzo luego de terminar de leer este libro que la mejor manera de conocer un lugar es pedaleando por el.

Ficha técnica
Título: Bycycle Diaries
Título en español: Diarios de Bicicleta
Autor: David Byrne
Editorial: Reservoir Books/ Mondadori
Primera Edición: Noviembre 2010
Traducción: Marc Viaplana
Páginas: 362


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