Martin Rivas - Alberto Blest Gana

By los - diciembre 29, 2015



-Bibliometro Puente Alto, 8 de la tarde apróximadamente, el bibliotecario y yo-
Lole: hola, quiero el título Martín Rivas por favor
Bibliotecario: si claro, a los jóvenes les debe gustar mucho Martín Rivas con todo eso de la lucha de clases
Lole: no sé, no lo he leído y de hecho me da verguenza decir que no lo he leído (es que es un clásico. Pensé)
Bibliotecario: si le da vergüenza decirlo entonces no lo diga
Lole: bien dicho!




Es cierto, me daba mucha vergüenza decir que no había leído Martín Rivas, es que Alberto Blest Gana es todo lo que se puede llamar como un Crá de la literatura chilena, uno de los pocos que trajo a la palestra la crítica total contra la elite chilena en el contexto del siglo XIX, así que siempre lo consideré importante pero nunca me tope con él hasta hace algo así como un mes, donde nos vimos las caras en la Bibliometro.

Luego de haber estudiado harto acerca de esta obra y tal como lo dice la contraportada, Martín Rivas es a la literatura lo que es la bandera a la patria, una perspectiva característica, un sello inigualable y a continuación les contaré un poco acerca de quien lo escribió.

Don Alberto Blest Gana nació en Santiago de Chile un 4 de mayo de 1830, a temprana edad fue trasladado del Instituto Nacional a la Escuela Militar en donde ejerció al igual que su tío, para luego trasladarse a Europa, específicamente  a Francia, en donde terminó sus estudios secundarios. Al volver a Chile se dedicó a armar y crear planos de Santiago y solicitó el título de Agrimensor, además se desempeñó como profesor de geometría elemental y topografía.

A pesar de que toda su praxis profesional no estaba relacionada con la literatura, años después de su muerte se descubre que siempre estuvo cercano a la poesía y que a muy corta edad ya había escrito sus primeros versos.

"Desde un día en que leyendo a Balzac hice un auto de fe en mi chimenea, condenando a las llamas las impresiones rimadas de mi adolescencia, juré ser novelista, y abandonar el campo literario si las fuerzas no me alcanzaban para hacer algo que no fuesen triviales y pasajeras composiciones."

Junto con desempeñarse como cartógrafo con el conocido Pedro José Amadeo Pissis, comenzó a enviar poemas a distintas revistas de la época y a la edad de 25 años lo dejó todo para dedicarse por completo a las letras.

¿Se imaginan si tan solo hubiera seguido siendo militar?

Tanto Lastarria como Amunategui, quienes conformaban una muy cerrada elite intelectual a mediados del siglo XIX elogiaron su primera obra "La aritmética del amor" que lo catapulta como uno de los mejores del país y lo posiciona como miembro de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile.

Esta es solo la antesala para una obra que personalmente creo sale de todo enfoque a su tiempo, Blest Gana como un visionario contempla problemas totalmente existenciales con una delicadeza y romanticismo al que le suma el realismo que ronda absolutamente toda la obra.



El prologo esta escrito por el Doctor en Literatura Cristian Montes y me pasó algo sumamente extraño, como les conté anteriormente no había leído nunca el libro y en el prólogo el Doctor se manda un spoiler de aquellos por lo que casi me corre una lagrimita, obviamente partió desde una base de que todos los chilenos ya habían leído esta magna obra, (cosa que no es tan así) 
¿se dan cuenta porque me daba vergüenza no haberlo leído?

Pero bueno, la vida es así y luego de tres cucharadas vamos a la papa.

Sabemos que Blest Gana fue considerado el retratista de la patria dado a este libro y principalmente por crear el personaje de Martín Rivas quien encarna toda la conjunción de un país en cuanto a tradiciones, aspectos políticos y religiosos, osea es la contingencia del 1850. Corre el siglo XIX y la solidez de Chile en cuanto a lo político e intelectual se fortifica cada año, aunque con algunas revueltas ya que es un país joven y muchas de las ideologías que se acuñan no son mas que pobres adaptaciones de ideas extranjeras, todo este movimiento crece conforme las distintas esferas sociales se rozan cada vez más seguido, naciendo la burguesía, los empleados ilustrados y los nuevos ricos.

Martín un joven copiapino quien cae en desgracia luego de la muerte de su padre se traslada a Santiago en donde se concentra la elite intelectual y económica del país ( acaso no siguen igual las cosas?) y es bien recibido por una familia de alta alcurnia quienes lo acogen por una deuda pendiente, dicha familia son los Encina.

Quienes componen la familia son Don Dámaso, el patriarca quien delega la contabilidad de las empresas a Martín y Doña Engracia un ejemplo de elegancia y lujo de ese tiempo. 
El matrimonio tiene dos hijos Agustín y Leonor, es esta última quien altanera y orgullosa enamora perdidamente a nuestro personaje quien además de reflejar el amor romántico en su máxima expresión también lucha por la igualdad y los derechos de los más desaventajados, entrando a estudiar derecho al Instituto Nacional en donde pese a la adversidad fortalece una moral y ética intachables, junto a quien es el único que obvia el origen humilde de Martín y se convierte en su fiel compañero y amigo, hablo de Rafael San Luis.




Martín sin duda es un héroe moral, la contraparte de Don Dámaso quien ostenta otro tipo de intereses como el oropel de la riqueza y la cercanía a las buenas maneras. Sin embargo Martin alto exponente de la mesura y el sentido común deberá enfrentar a lo largo de la obra un sin fin de desaventuras tratando  de ayudar sin parangón a todo quien se lo solicite, aún cuando estos actos jueguen en su contra y lo alejen de su amada Leonor.

Una lectura clara y rápida es la que da Martín Rivas, llena de intrigas que si bien están planteadas hace casi 200 años no dejan de ser actuales en un mundo que creemos ha cambiado pero la verdad es que no lo ha hecho tanto, los prejuicios, el amase de fortuna, las clases sociales demarcadas a través de los ingresos y la educación a la cual se pueden optar son temas elementales lo que la convierte a pesar de todo en una novela actual que cada joven (y viejo) de este país debería leer sin titubear.

Por último les cuento que se han hecho múltiples adaptaciones del libro al teatro, cine y televisión, a continuación les dejo algunos links con los que pueden estar más interiorizados en el tema.


La versión de 1979 es más fiel al libro sin embargo es mega anticuada en cuanto a adaptación para televisión, es como fea de mirar, pero es cosa de gustos.

Solo me queda decir que este libro me encantó!






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