El año pasado fui a la furia del libro, con mi amiga Vale, y ella
me regalo un librito pequeño que contenía este material poderosísimo de
reflexión, y que contribuye a la determinación feminista desde un punto más
radical, a ratos incomprensible y enajenado para muchos.
"Todo lo que hacía lo hacía en una frecuencia distinta. Ella era una canción final. Una melodía de cierre, donde todo tiende hacia arriba, despidiendo los últimos registros de una vida que se apaga. A mí solo me bastaba con escucharla."
Una prosa extremadamente poética, una belleza oscura, la melancolía mas sombría y una historia que te hace evocar lo mas triste, aquello que no se puede reparar.